7 falsos mitos sobre alimentación

¿Has escuchado alguna vez eso de que «la fruta engorda«? Vivimos rodeados de falsos mitos sobre alimentación, que nos dicen cómo debemos llevar a cabo una dieta saludable aunque después carecen de fundamentos científicos o médicos que les den soporte. Con el objetivo de que podáis cuidar de vuestra nutrición, hoy os desmontamos 7 creencias populares sobre algunos alimentos muy presentes en nuestro día a día. ¡Toma nota!

1. La leche, sólo para bebés y niños 

  • MITO. Existe la convicción de que la leche sólo es buena para los bebés recién nacidos o para los niños en edad de crecimiento, sobre todo debido a la cantidad de calcio que contiene que puede ayudar a la formación de sus huesos. 
  • REALIDAD. La leche es un alimento muy completo que puede beneficiarnos a lo largo de toda nuestra vida, desde que somos unos bebés o unos niños, pero también en la adolescencia o en nuestra etapa de adultos. No sólo contiene calcio, sino también proteínas, agua y vitaminas A, B1, B2 y D. A los adolescentes se les recomienda tomar 1 litro de leche al día, la misma cantidad que a las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. A los adultos, la ingesta disminuye hasta medio litro diario y, además, es preferible que sea leche desnatada para que así se reduzca el contenido de grasa.

7 falsos mitos sobre alimentación

2. La piña adelgaza 

  • MITO. La creencia popular sostiene que algunas frutas como la piña adelgazan, ya que tiene un alto contenido de agua y, sobre todo, es muy diurética. Por tanto, hará que eliminemos los excesos de nuestro cuerpo.
  • REALIDAD. La fruta cuenta con una elevada composición de agua a unos niveles que superan en la mayoría de ocasiones el 80%. Mientras más agua tomemos a través de los alimentos, de bebidas y de las frutas como la piña, el organismo tenderá a eliminar la que ya no necesita. ¿Esto implica que ayuda a adelgazar? Sólo se refiere a que mejoraremos la eliminación de toxinas, y eso es muy sano. Lo que sucede es que las frutas tienen muy pocas calorías y además aportan vitaminas, fibra y minerales, por lo que si se introducen en una dieta y se toman en abundancia contribuirán a que llevemos una dieta más saludable y menos calórica, y esto sí que puede ayudar a la pérdida de peso.

3. El pescado es bueno para la memoria

  • MITO. Se tiende a creer que como el pescado es rico en fósforo, este mineral nos ayudará al mejor funcionamiento del cerebro y, sobre todo, nos proporcionará mayor memoria.
  • REALIDAD. El fósforo es un mineral que está presente en el tejido nervioso del cerebro, en concreto se encuentra en las membranas de las neuronas que son ricas en fosfolípidos, unos lípidos que contienen fósforo. Al ser esta su composición, se tendió a creer que si tomamos fósforo a través del pescado, esto ayudará al tejido del cerebro. Esta afirmación no cuenta a día de hoy con un estudio científico que la avale, por lo que para el buen funcionamiento de la buena actividad de nuestro cerebro se recomienda hacer una dieta equilibrada en la que obtengamos todo tipo de nutrientes.

4. Si tienes colesterol, el huevo está prohibido

  • MITO. La tendencia es pensar que los huevos contribuyen a aumentar el colesterol de nuestro organismo. En el caso de que ya tengamos un exceso, es mejor reducir considerablemente la ingesta de huevos o incluso dejar de tomarlos.
  • REALIDAD. Actualmente existen varios estudios médicos que evidencian que incluir huevos en la dieta tiene un bajo impacto en el grado de colesterol que podamos tener. De hecho, a las personas que tengan exceso de colesterol se les recomienda disminuir principalmente la ingesta de alimentos ricos en grasa, que son los que más pueden producir el incremento de colesterol y de riesgo cardiovascular. Por tanto, a la semana se pueden tomar 3 huevos, tanto si contamos con niveles altos de colesterol o si seguimos una dieta equilibrada y saludable.

5. El agua engorda

  • MITO. Se cree que beber agua engorda, porque quizá produce una sensación de saciedad y nos llena el estómago, y eso luego pasa a nuestro cuerpo. También se tiende a pensar que beber agua en el comida hace que sumemos kilos.
  • REALIDAD. Antes que nada, el agua por definición es acalórica. Es decir, no contiene calorías y, por tanto, es imposible que tomándola podamos engordar. Esto significa que da igual en el momento del día en que la tomemos, nunca podrá aumentar el número de calorías ingeridas. A veces se utiliza para engañar al estómago, mientras más agua se bebe menos ganas se tiene de tomar alimentos, y esto no es una práctica en absoluto saludable. Tomar la cantidad de agua necesaria cada día hará que nuestro cuerpo funcione correctamente. Si queréis descubrir todos los beneficios del agua, os dejamos un artículo sobre las 15 cosas que no sabías sobre el agua.

6. La miel tiene más calorías que el azúcar

  • MITO. Cuando se trata de elegir entre la miel y el azúcar, hay una creencia que dice que la primera contiene más calorías que el segundo y que, por tanto, engordará más al organismo si la tomamos acompañando otros alimentos (yogures, por ejemplo).
  • REALIDAD. Tanto la miel como el azúcar se utilizan para edulcorar otras comidas, y la diferencia entre ellas es mínima. Cada gramo de miel contiene 3 Kcal, frente a las 4 Kcal de un gramo de azúcar. Entre una y otra es tan pequeña la apreciación, que se pueden tomar las dos variantes de forma muy similar. Eso sí, la miel aporta también otros beneficios para el cuerpo como vitaminas y un gran número de minerales (potasio, sodio fósforo y calcio principalmente). Por tanto, si queremos hacer más rica y saludable nuestra dieta, la miel es una opción que puede prestarnos mayores ventajas.

7. El yogur natural es más sano que el de sabores

  • MITO. En el momento de elegir un yogur, siempre es preferible escoger el yogur natural al que tiene sabor a frutas porque este último es menos sano y aporta menos beneficios para nuestra salud.
  • REALIDAD. Los lácteos son un componente esencial en una dieta saludable, tanto si se toman a través de la leche o de sus derivados como el queso o los yogures. La única diferencia entre un yogur natural y uno con sabores de fruta es simplemente la presencia de aromas y de azúcar. Así que ambos son igualmente muy sanos, y recomendables para llevar una dieta equilibrada. En el caso de querer reducir la ingesta de calorías, la recomendación es elegir el tipo de yogur que aporte un buen nivel de nutrientes y menos cantidad de grasas o azúcares.

Fuente: Creencias erróneas sobre alimentación, por los doctores Castillo Sánchez, León Espinosa de los Monteros y Naranjo Rodríguez.

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