Vinos de Feria: alegría y sabor

Estamos en plena Feria de Sevilla y en estos días son protagonistas los buenos vinos de la tierra, que riegan la alegría y las temperaturas primaverales que esperamos todo el año. Pronto llegarán otras ferias desde todos los rincones de Andalucía, en la que nos acompañarán vinos como la manzanilla o el fino, con los que disfrutamos del sabor de Andalucía y brindamos entre el gentío de las casetas rodeados de los nuestros. Pero, ¿sabes cuáles son los vinos típicos de la Feria y cómo puedes disfrutarlos? Te invitamos a conocerlos y te damos algunas claves para degustarlos.

typical spanish

  • Manzanilla. La reina de la Feria de Sevilla. Este vino blanco y seco, que despliega su velo de flor en primavera y otoño, es el resultado de la suma de unas circunstancias geográficas (mar, sol y vientos de poniente) y siglos de tradición. Surgió a mitad del siglo XVIII en Sanlúcar de Barrameda y fue ganando en popularidad hasta nuestros días por su aroma delicado y su gusto suave y fresco, que combina a la perfección con los bocados del mar, embutidos y salazones. La manzanilla se bebe muy fría, con una temperatura de entre 5º y 7º, por lo que no dudes en meterla en una cubitera con hielo. Bébela en copa o catavino de cristal, y ¡cógelo por su base o tallo para que no se caliente!

 

  • Fino. Este vino generoso de Jerez seco e intenso, con aroma de almendra y color amarillo, es otro de los caldos consumidos por excelencia en la ferias andaluzas, con una graduación alcohólica de entre 15º y 19º. Su origen se sitúa en el siglo XIX en Jerez de la Frontera y El Puerto de Santa María y su exclusiva crianza, biológica bajo velo de flor, le otorga unas características únicas en el mundo. Es el vino ideal para aperitivos y también para mariscos y pescados, cuanto más salinos mejor, como las anchoas o el adobo. También se bebe muy frío, entre 6º y 8º.
  • Amontillado. Otro riquísimo vino de feria con mayor graduación alcohólica (18º-20º). sherry wine and ham tapasEste generoso ya da un paso más y se sitúa entre el fino y el oloroso, con un color ambarino y un olor avellanado muy característico. Su nombre hace referencia a sus orígenes, en la región vitivinícola de Montilla en el siglo XVIII. Aunque no tan popular en las ferias de nuestra tierra como el Fino y la Manzanilla, su sabor delicado, con notas de frutos secos y madera hace un buen maridaje con las carnes blancas, pescado azul, setas y quesos semi-curado o curados. Su temperatura de consumo sube un poco, entre los 13º y 14º, ¡pero entra igual de bien!
  • Palo Cortado. El Palo Cortado sigue la evolución y se sitúa entre el amontillado, del que recoge su elegante aroma, y el oloroso, al que se aproxima en su mayor cuerpo. El origen de las soleras de este vino es muy añejo y sólo cuando los catadores han observado características muy concretas en las botas donde fermentan, se les clasifica como Palos Cortados, lo que se indica dibujando en las botas una raya horizontal que corta el «palo» original. Con un color castaño y una graduación alcohólica de entre 17º y 22º, es un vino pensado para una degustación lenta (de hecho, se le llama «vino de meditación»), por lo que es ideal con los quesos curados, las carnes de caza, guisos, foie o las setas por su sabor profundo y duradero.
  • Oloroso. Este elegante vino tiene más color (entre ámbar oscuro y caoba), cuerpo y aroma. A este generoso se le añade alcohol hasta llegar a los 17º, aunque a veces alcanzan graduaciones de más de 20º. Tiene un sabor muy potente que acompaña perfectamente a las carnes rojas y de caza: ¡con los guisos y estofados como la carrillada o el rabo de toro es excepcional!, pero también con los quesos muy curados. Para disfrutarlo al máximo, bébelo a una temperatura de entre 12º y 14º. Una de sus ventajas es que la botella aguanta abierta durante meses, por lo que en casa puedes consumirlo copa a copa tranquilamente.spanish tapas variety
  • Rebujito. No podía faltar el rebujito, el mejor alivio contra el calor del Real. Muy refrescante por su combinación de fino o manzanilla con refresco de lima, esta rica propuesta tiene sus orígenes en los denominados Sherry Cobblers de Inglaterra victoriana, una mezcla de vinos, limón, agua carbonatada, azúcar e hielo picado muy popular entre las clases distinguidas. En Feria, es habitual que te lo ofrezcan combinado, pero de no ser así, las proporciones ideales son: 1/3 de manzanilla o fino por 2/3 de refresco y ¡mucho hielo!

Sobra decir que para disfrutar el vino en sus máximas posibilidades lo ideal es maridarlo con los mejores alimentos de nuestra tierra, especialmente los sabores del mar y los salazones: jamón ibérico y otras chacinas, marisco fresco, pescadito frito, aliños o las carnes que forman parte de la memoria sentimental de nuestras ferias. La despensa de Andalucía saca sus mejores galas para acompañarnos en nuestra fiestas de primavera ¡Déjate contagiar por su sabor!

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