Kiwi, un color y sabor diferente

Esta original fruta proviene de Oriente, y comenzó a introducirse en mercados internacionales alrededor de 1900. Sin duda, una de sus principales características es el intenso color verde que muestra en su interior, junto con su peculiar sabor.

Se trata de un alimento que podemos consumir a lo largo de todo el año. A la hora de comprarlos, lo ideal es escoger aquellas piezas que carezcan de manchas y golpes.

Los kiwis mantienen un proceso de maduración bastante lento, que se lleva a cabo a temperatura ambiente. Aunque se consume generalmente como fruta fresca, el kiwi también se presta fácilmente a otro tipo de preparados y combinaciones culinarias. Se puede preparar cocinado o como salsa de guarnición para carne, aunque también se suele emplear para elaborar mermeladas, granizados y otros productos similares. Como elemento decorativo también puede resultar muy útil, ya que dota de color y originalidad a otros platos.

Además, esta fruta se caracteriza por ser rica en vitamina C, además de contener las vitaminas A y B1, minerales como el hierro, fósforo y magnesio, proteínas, glúcidos y una gran cantidad de agua.

Su composición lo convierte en una fruta, además de fresca y sabrosa, muy sana. Gracias a su bajo nivel de sodio y de grasas, es especialmente recomendable para personas que padezcan hipertensión o enfermedades renales.

 

 

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