En busca de la versión vegetariana…

Todos los platos de la gastronomía tradicional de nuestro país que se basan en alimentos de origen animal pueden tener su versión vegetariana. Sólo hace falta un poco de imaginación a la hora de sustituir los alimentos no aceptados en la receta vegetariana por otros que sí lo estén.

Aunque podríamos hablar de una receta distinta al cambiar el ingrediente principal, el resto de los alimentos siguen siendo los mismos: las salsas, los condimentos, etc. Debemos intentar no perder la esencia del plato y respetar al máximo su sabor y textura.

Con este cambio, se consigue sustituir la variedad de platos en la dieta de cualquier persona, sin hablar de las propiedades nutritivas que siempre tiene un plato vegetal. Así, sin ninguna complicación especial, podemos adaptar un mismo plato a personas que sean vegetarianas y a otras que no lo sean.

Dentro de la dieta vegetariana, existen varias tendencias. La más rica desde el punto de vista nutricional es la ovolactovegetariana, que excluye los pescados, las carnes y sus derivados pero acepta los huevos y la leche. Para adaptar cualquier plato a esta tendencia, se puede sustituir la carne que tradicionalmente se añada por las llamadas carnes vegetales, como el tempeh, que se obtiene a partir de la fermentación de los granos de soja.

En la cocina española la carne picada es usada en multitud de platos. Para adaptarlos a la dieta vegetariana se pueden elaborar mezclas de alimentos vegetales y, con un poquito de imaginación, conseguir una gran variedad de platos. Un ejemplo es su uso en las albóndigas y las hamburguesas. La mezcla con la que se preparan se puede sustituir con masa de arroz, clara de huevo y harina a la que se añadirá después otros ingredientes como verduras troceadas, champiñones cebolla o pimiento para dar más sabor. Importante: cuanto más picados estén los ingredientes, mejor sabor tendrán nuestras albóndigas o hamburguesas vegetarianas.