¿Fresas o fresones?
Aunque muchos crean los contrario, no son lo mismo. Muchas veces pensamos que estamos comiendo fresas cuando realmente son fresones lo que nos estamos llevando a la boca.
Como podréis intuir por su nombre, los fresones presentan un tamaño superior al de las fresas, lo que los hace más llamativos y robustos. Las fresas son mucho más difíciles de encontrar al ir a hacer la compra, y su sabor es más dulce, al contrario que los fresones que presentan un toque más ácido.
Cuando vayamos a comprar fresones en lo primero que nos fijamos es en su aspecto, que sean brillantes y que no presenten golpes o manchas marrones. Cuando los llevemos a casa, es recomendable guardarlos en la nevera para que nos duren más tiempo, pero cuando vayamos a comerlas es importante sacarlas un rato antes para aprovechar así su sabor.
La forma de guardarlos también influye en el tiempo de conservación óptima. Normalmente los compramos en cajas y las metemos directamente al frigorífico, sin embargo esto es un error ya que al estar las piezas de fruta unas encima de otras tienden a estropearse con mayor rapidez. Lo ideal es colocarlas todas extendidas.
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