Frutas y verduras de verano, cómo consumirlas correctamente
Si es importante comer frutas y verduras todo el año, en verano se vuelve fundamental. Estos frescos son una excelente fuente de hidratación, vitaminas y minerales que nuestro cuerpo necesita para funcionar en las a veces agotadoras jornadas de calor. Sus beneficios son indiscutibles sobre todo si introduces en tus comidas frutas y verduras de verano y lo haces correctamente.
¿Es esencial que sean de temporada? Es lo más recomendable, ya que las frutas y verano te aportarán lo que precisas en esta época del año. Por ejemplo, frutas como el albaricoque o el melón y hortalizas como las zanahorias contienen betacaroteno, que protegen tu piel de los efectos nocivos del sol; mientras que otras como las cerezas, moras o frambuesas son ricas en antioxidantes.
¿Tienes dudas sobre cuáles son las frutas y verduras de verano y cuál es la mejor manera de consumirlas? Te ayudamos con estas claves.
¿Qué frutas y verduras están de temporada en verano?
Lo primero que necesitas saber es cuáles son las frutas y verduras que están de temporada en verano. Una de sus características es que tienen mayor contenido en agua y son ricas en betacarotenos, que protegen nuestra piel. Consumir frutas en su tiempo no sólo tiene la ventaja de que estén más sabrosas y ricas en propiedades, sino que, además, son más económicas. Estas son las más destacadas:
- Frutas de verano: sandía, melón, melocotón, higo, albaricoque, cereza, nectarina, ciruela, pera, plátano o frambuesa.
- Verduras de verano: berenjena, judías, pepino, pimientos, remolacha, zanahoria, calabacín, cebolla, lechuga o rábano.
El mejor momento del día para la fruta
Las frutas y verduras son esenciales para una dieta saludable y deben de formar parte de nuestra dieta diaria. Los expertos recomiendan el consumo de 5 piezas al día, entre 2 y 3 de fruta y el resto de verduras.
Las verduras puedes introducirlas en las comidas, como plato principal o guarnición y para la fruta hay determinados momentos del día aconsejados. Por lo general, el desayuno es un momento estupendo para consumir fruta, puesto que la primera ingesta del día nos carga de energía para desarrollar la jornada.
También podemos consumirlas entre comidas, por ejemplo, antes del almuerzo, lo que nos ayudará a saciar el apetito y no llegar al plato con demasiada hambre, especialmente si estamos siguiendo una dieta. Y si a media tarde tienes apetito, en lugar de galletas o dulces, cómete una pieza de fruta como merienda.
Por otro lado, si vas a hacer ejercicio físico, consumir fruta después de la práctica te ayudará a reponer las reservas de glucógeno que se pierden haciendo deporte.
Las opciones para comer fruta a lo largo del día son muchas, como puedes ver. Lo importante es evitarlo a partir de las ocho de la tarde, ya que el metabolismo se vuelve más lento. De hecho, hay frutas como el melón, las naranjas o el kiwi que pueden resultar muy indigestos por la noche. Déjalos mejor para otro momento del día.
Las verduras, crudas
¿Quieres aprovechar todas las propiedades de las verduras y hortalizas? Atrévete a comerlas crudas en verano. Al consumirse crudas se rentabilizan todos sus beneficios, entre los que destacan ser una buena fuente de agua, fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes.
No pienses que comer verduras crudas resulta aburrido o insípido, hay muchas maneras de prepararlas. Además de presentarlas en ensalada, puedes cortarlas en rodajas y aliñarlas (pepino, tomate, rábano); incorporarlas a una quiche, sándwich o tortilla, hacer brochetas con verdura troceada como aperitivo, acompañarlas de un hummus casero con crudités como este.
Eso sí, si vas a comerlas crudas tienes que asegurarte de que quedan bien limpias para evitar ingerir alguna bacteria. Simplemente, lávate bien las manos y luego enjuágalas bajo un chorro de agua durante unos 20 – 30 segundos, frotándolas bien. También puedes añadir vinagre e incluso lejía con agua. Sécalas bien para evitar que la humedad las dañe.
Consérvalas bien para que duren más
Otro de los aspectos a los que tienes que prestar atención en verano es a la conservación de los alimentos frescos. Con el calor, las frutas y verduras se deterioran más rápidamente, además de estar expuestas a los temidos insectos que abundan en esta temporada.
Conservarlas en la nevera está bien para algunas frutas y verduras de verano, pero no para todas. Hay otras que se conservan mejor a temperatura ambiente, a ser posible en un lugar fresco y oscuro de la casa. Este es el caso de los tomates, los cítricos, sandías, melones, ajos, cebollas o las patatas.
Para la nevera puedes dejar la verdura de hoja, los pepinos, las berenjenas, judías, las fresas, moras, arándanos, frambuesas o higos. Eso sí, evitan guardarlas en bolsas de plástico que retienen la humedad y elige mejor tuppers o tarros.
Otra cuestión que puedes tener en cuenta es agrupar las frutas y verduras por ciclos de maduración similares, para que el ritmo más avanzado de una no acelere a otras. En caso de que veas alguna pieza estropeada, sepárala inmediatamente del resto para que no las contamine y trata de aprovecharla en alguna receta antes de tirarla.
Para evitar que los insectos merodeen entre las frutas y verduras que tienes en el frutero, coloca cerca media cebolla, que los repele, o un tarro de cristal con vinagre, que los atraerá y en el que seguramente se quedarán atrapados.
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