Historia de los dulces típicos de la Semana Santa andaluza y extremeña
Seguro que en casa disfrutáis muchísimo con los dulces típicos de la Semana Santa, pero, ¿conoces sus orígenes? ¿Sabes por qué se consumen tradicionalmente en esta época del año? La historia de los dulces típicos de la Semana Santa andaluza y extremeña guarda algunas anécdotas que merece la pena descubrir.
En líneas generales, hay una circunstancia que explica por qué se consumen dulces en la Semana Santa y Cuaresma. Y es que, durante los 40 días de la Cuaresma, los actos de ayuno y abstinencia eran obligados, siendo el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo los días más estrictos en este sentido.
Las personas que trabajaban, sobre todo en el campo, necesitaban ingerir alimentos ricos en azúcar y calorías para afrontar la jornada de ayuno; y los dulces eran perfectos para ello. Estos se elaboraban con huevos, leche (vegetal), harina y miel, que eran alimentos permitidos y suficientes para crear bocados de lo más exquisito.
Luego, cada región o población tiene sus particularidades. Te invitamos a hacer un recorrido por la historia de los dulces típicos de la Semana Santa andaluza y extremeña para que conozcas mejor tu tierra y su rica tradición culinaria. Cuando los hagas en casa o los compres en Supermercados MAS sabrás que estás continuando con una larga tradición.
Torrijas

Las torrijas no nacen asociadas a la Semana Santa, sino que es uno de los dulces más antiguos que se conocen. Ya en el siglo V aparecieron algunos antepasados, que vinculan su consumo a la lactancia, la penitencia o incluso la enfermedad, ya que el pan, la leche, los huevos, miel o azúcar se consideraban alimentos energéticos y de fácil digestión para convalecientes y mujeres que acababan de dar a luz.
No obstante, se conocían con otros nombres, como tostadas, sopas doradas o rebanadas. Hay que esperar al siglo XVI para que aparezca el término ‘torrija’, del verbo latino torrere.
Aunque empezaron siendo un manjar de las clases más pudientes, con el tiempo se fueron popularizando y abaratando el coste de los ingredientes, pasando al menú cotidiano. Ingredientes, que, casualmente, son compatibles con los mandatos de la abstinencia de la Cuaresma, así que fue fácil pensar en ellas para alegrar el ayuno.
Así hasta el siglo XIX, cuando ya se vinculan claramente las torrijas la Semana Santa junto con el arroz con leche o los buñuelos.
En Supermercados MAS nos encantan las torrijas, tanto que, además la receta clásica, te proponemos otras recetas originales de este dulce, como esta torrija de chocolate blanco y frutos rojos.
Rosas o flores

Aquí tenemos otro dulce típico de Semana Santa muy popular en Extremadura y algunas provincias de Andalucía. Las rosas se elaboran con harina y huevo, leche, anís y la ralladura de un limón y se le da forma con unos moldes de flor. Se fríe y o bien se bañan en miel o se espolvorea con azúcar y canela.
Resulta un postre muy propio de la zona, ya que su elaboración suele coincidir con la época de floración o caída de las flores de los cerezos, muy abundantes en el Valle del Jerte.
Su forma, además, es similar a la de la Cruz de Calatrava, una cruz de cuatro brazos iguales, con flores de lis en los extremos de los brazos. En este detalle se fijan muchos para situar su origen en zonas de campo de Calatrava, en Ciudad Real, en Castilla la Mancha y zonas de Extremadura, como la Comarca de La Siberia y La Serena por su proximidad. No obstante, lo más probable es que estas la heredaran de la cultura árabe.
Buñuelos de viento

Entre los dulces típicos de la Semana Santa y Cuaresma están los buñuelos, que pueden servirse solos o rellenos de crema o nata, como en nuestra receta de buñuelos, además de limón, frutos rojos o chocolate. También se pueden aromatizar con anís, ralladura de cítricos o vino.
El nombre de la palabra “buñuelo” deriva de la palabra “puñuelo”, una bolita de masa que los romanos amasaban con las manos. No obstante, nuestra receta deviene de los moriscos, pues estos dulces eran de los favoritos entre los habitantes de Granada y Sevilla del siglo XVI, que los elaboraban friendo la masa en aceite y bañándolos en miel hirviendo.
La primera referencia con el nombre de buñuelos y la receta tradicional se encuentra en el recetario del chef de reyes Felipe II, III y IV, Francisco Martínez Motiño.
Sapillos extremeños

Los sapillos, conocidos también como repápalos o pelluelas dulces, son un dulce preparado como una fruta de sartén, muy popular en Extremadura, sobre todo, en la provincia de Cáceres.
Cnsisten en una masa de pan duro remojada en leche con huevo y aromatizada con limón y canela. Esta masa se fríe en aceite de oliva hirviendo hasta que dora. Lo sapillos se elaboran en pequeñas porciones con forma de bolas, y se suelen servir solos o en un tazón con un poco de leche de su propia cocción.
Algunos creen que procede de la cocina sefardí, porque en algunos recetarios se los nombra. Además, uno de sus nombres, repápalo, deriva de papar, sinónimo de comer en la gastronomía de Al Ándalus.
Por sus ingredientes, se adopta rápidamente en la cocina de Cuaresma. Muchos autores piensan que otra de las razones de su éxito en esta época es que valía para sustituir a la carne en tiempos de vigilia.
Leche frita

La leche frita, como otros muchos dulces de la gastronomía española, también tiene origen árabe. Su sencillez de elaboración y la posibilidad de tomarse calientes o tibios hace que se hagan un hueco en el Carnaval o la Cuaresma, que se celebran en meses de frío.
Muchas regiones de España reclaman la autoría de este “postre de sartén”, tales como el País Vasco, Valladolid o Palencia. Donde más fama tienen es el norte de España, aunque en Andalucía y Extremadura también es típico y gusta mucho.
Si quieres prepararla, seguramente no tengas que salir de casa, pues sus ingredientes son de lo más cotidiano: leche, harina, huevo, limón, azúcar, canela y aceite.
Te facilitamos nuestra receta de leche frita en el enlace, en el que podrás encontrar otras 9 recetas de Cuaresma que no pueden faltar en tu casa.