Platos y tapas de postureo

Empecemos por el principio: ¿sabes qué es un ceviche? Seguro que lo has escuchado o incluso puede que lo hayas probado ya mil veces, pues es uno de los platos que están más de moda. Y es que ahora en gastronomía son tendencia algunas tapas que llevan nombres que no son los de toda la vida, o sí, pero que suenan como muy moderno.

Son los trending topic del postureo de comida. Hacemos una lista de los más sonados para que estés al día e incluso, por qué no, para que te marques una cena que deje boquiabiertos a tus invitados.

Platos de postureo gastronómico

Ceviche. Su origen se encuentra en países de Sudamérica, es tan sencillo como un preparar un plato de pescado o marisco crudo, cortarlo en dados o trocitos pequeños y adobarlo con cítricos, como el limón, la lima o la naranja. Luego se añade cebolla picada, sal y pimiento o chile (esto con preocupación, ¡que pica!) y ya tenemos el ceviche. Este plato admite infinitas variantes, tantas como el pescado o marisco que quieras elegir para hacerlo (merluza, lenguado, atún, lubina, salmón, pulpo…).

Tataki. Es una receta japonesa, que suele hacerse con pescado y es también muy fácil de preparar: se corta el pescado en rectángulos grandes, se impregna bien en sésamo y con un poco de aceite (incluso se puede pasar por la sartén un poco), se deja en la nevera un par de horas en un recipiente con salsa de soja y luego, cuando está bien macerado, vuelta y vuelta en la sartén! El tataki más clásico es el de atún, incluso el atún de almadraba puede ser una gran elección (receta de tataki de atún).

Tartar. Este plato se prepara con un ingrediente crudo principal, que puede ser carne (normalmente de solomillo, lo que se llama steak tartar), pescado (salmón o atún son los más comunes) y verdura,  incluso la más exótica como el aguacate. Lo importante aquí es cortarlo a cuchillo en dados pequeñitos y luego marinarlo todo bien, con salsa de soja o wasabi o con aceite, mostaza, como prefiramos. El tartar es una receta ideal para hacer una presentación más elaborada: se pueden meter los ingredientes en un molde y luego colocarlo lentamente sobre un plato.

Carpaccio. Llega desde Italia, de nuevo con ingredientes crudos, puede prepararse desde carne roja como la ternera hasta pescado como el salmón. El truco está en cortarlo de forma muy fina, casi como si fuera papel, y luego aliñarlo todo con aceite, limón y si se quiere, también con parmesano cortado en láminas.

Blinis. También se les llama tortitas rusas y es que provienen de países del este de Europa, pueden servirse para desayunar o para acompañar platos fríos o calientes con carne o pescado. Sus ingredientes son la leche, los huevos, la levadura y la harina, y los más tradicionales se crema agria o pescado ahumado (arenques, salmón).

Coulant. Con este nombre ya estamos en el terreno de los postres, el coulant es una receta francesa y muy dulce: un bizcocho con sorpresa en su interior, de donde explota chocolate derretido. En tiempo de cocina son sólo 30 minutos y también tiene una elaboración sencilla (receta de coulant de chocolate).

Coulís. Es una salsa que suelen prepararla en Francia y que es el resultado de triturar un conjunto de ingredientes o de fusionar jugos que tienen mucho sabor. Sirve para dar más intensidad a platos, sobre todo a postres como una tarta de queso con un coulís de fresa o de frutas del bosque, aunque también se preparan de verdura para platos de carne y de pescado.

Plumcake. Se trata de un pastel inglés que tiene una característica muy especial: lleva uvas pasas o ciruelas. Su sabor suele ser muy sencillo pero consistente, si queremos también podemos añadir otros adornos que le dan más sabor como el chocolate, las almendras, fruta confitada o canela, ¡al gusto de cada uno!

Parmentier. Si su ingrediente principal es la patata, un puré por ejemplo, a este plato se le puede llamar parmentier. Y es que este nombre procede de un nutricionista francés, Antoine-Augustin Parmentier, que fue el encargado de introducir la patata en Francia para acabar con la hambruna en su país.