Pizza casera

Pon en una jarra de 220 g de agua templada y añade 20 g de levadura fresca desmenuzada. Mezcla bien para que se disuelva.

En un bol pon 400 g de harina de fuerza, 1 cucharadita de sal y 1 de azúcar (opcional).

Haz un hueco en el centro y agrega el agua con la levadura y 30 g de aceite de oliva virgen. Mezcla hasta que quede bien integrado.

Amasa hasta tener una masa homogénea y compacta que no se pegue.

Continúa amasando durante 10 minutos, haz una bola y déjala en un bol previamente enharinado. Deja reposar durante 1 hora hasta que doble su tamaño.

Divide la masa en 2 trozos, espolvorea con harina la encimera y estírala con el rodillo hasta que quede una masa fina y le des la forma deseada.

Colócala sobre una bandeja de horno manchada de aceite o sobre papel de horno y añade los ingredientes.

Pon una base de salsa de tomate, unas rodajas de salami, jamón de york, champiñones y finaliza con queso mozzarella rallado para gratinar y orégano fresco picado.

Métela al horno precalentado y hornea unos 10 minutos a 250º C hasta que esté a tu gusto ¡Disfrútala!